sábado, 6 de diciembre de 2014

EL PLUMAJE DEL GIBOSO, DEL GIBBER Y DEL GIRALDILLO

EL PLUMAJE DEL GIBOSO, DEL GIBBER Y DEL GIRALDILLO
Para poder mantener las características peculiares de estas tres razas de canarios se debe trabajar siempre en consanguinidad, realizando  cruzamientos de  intenso X  intenso o como mucho intenso X semintenso o seminevado. Con estos acoplamientos obtendremos sujetos con plumaje áspero y pobre de plumas con las partes desnudas exigidas por el estándar.  Este procedimiento puede  presentar  inconvenientes porque a largo plazo la repetida consanguinidad puede evidenciar genes letales o subletales ocultos, empobreciendo el patrimonio genético. Por tal razón es conveniente introducir sangre nueva echando un ejemplar nevado de una línea de sangre que pertenezca al propio criadero, y nunca a criaderos desconocidos o extraños.

Los planteles seleccionados torpemente nos proporcionarán reproductores poco fértiles e incapaces de criar a sus pequeños aunque sean ejemplares de tamaño grande y ricos de plumaje. Según la moderna genética y según la experiencia práctica, el factor “intenso” del color es un carácter dominante, y acoplando intenso X intenso, según las leyes de Mendel, obtendremos 50% de intensos, 25% de nevados y 25% de ejemplares subletales (no viables). En este escenario el criador se quedará con algunos intensos  y algún nevado.
Para la formación de las parejas se deben utilizar preferentemente Amarillo X Verde; Pintado X Pintado, pero queda claro que hay que analizar cada caso particularmente, pues también entran otros factores en consideración.  En la cría de estas razas, como primera cosa, se deben seleccionar ejemplares de pluma corta. Entre estos sujetos se deberá disponer de machos de fuerte intensidad de color, por lo tanto con pluma estrecha, y hembras que tengan un cierto grado de nevado.

Teóricamente, como la intensidad de color es de carácter dominante y el ejemplar fuertemente intenso está considerado parcialmente heterocigoto, de una pareja de intensos se deberían obtener el 50% de intensos, el 25% de nevados y el 25% de no viables… prácticamente escogiendo una pareja de intensos se corre el riesgo de tener un número muy elevado de hijos defectuosos… sin embargo, como el carácter intenso es aditivo y con tendencia a la dominancia, sacaremos también magníficos ejemplares pero en número muy reducido. Si la hembra tiene el grado justo de nevado, la mayoría de los hijos tendrán una perfecta salud y un número de magníficos ejemplares que no será menor que si en la pareja ambos reproductores son intensos; de ahí la importancia de tener un número adecuado de semintensos o seminevados.  La cría de estas razas para obtener ejemplares de competición se debe hacer en el filo de la degeneración y por esto “no es pan para todos los dientes”

Agregaremos algo sobre la correcta elección del tipo de plumaje.  Es bien sabido desde hace tiempo que en la composición de la pareja la compensación del grado de intensidad o nevazón del plumaje, o de cualquier otra característica, son premisas indispensables para obtener hijos conforme al estándar. Tales compensaciones poco o nada tienen que ver con la selección.
      No se trata, de hecho, de excluir unos genes (más preciso sería hablar de los alelos), prefiriendo otros; se trata, de conservarlos para poderlos combinar en el porcentaje más oportuno para obtener genotipos conforme al estándar. Tanto es así, que si hacemos una escala de 5 valores: muy nevado, nevado, seminevado o semintenso, intenso, muy intenso, expresados con valores numéricos progresivos (1, 2, 3, 4, 5) y deseando obtener plumaje preferentemente intermedio, es prácticamente indiferente cruzar 1 + 5, 2 + 4, 3 + 3, que a fin de cuentas dan siempre 6/2 = 3. Naturalmente el valor medio 3 no es representativo de ningún caso singular, pero es la media de todos los hermanos según la curva de variabilidad.

        La verdadera y propia selección sería si hacemos durante varias generaciones los emparejamientos  1 + 1 o 5 + 5, porque en tal caso, eliminaremos del patrimonio genético una parte siempre mayor de alelos (¡poligenes!)  portadores respectivamente del carácter intenso o nevado.
Como ya es sabido, el acoplamiento 4 X 4 o 4 X 5 se hace normalmente en el Giboso, el Gibber y el Giraldino, y mantiene de forma estable estas Razas con un grado de fuerte intensidad en el plumaje, pero no como para favorecer ciertas taras si hiciésemos el acoplamiento 5 X 5.
En otras palabras, en algunas razas el nacimiento de ejemplares excesivamente intensos o nevados no es tanto un error selectivo como un error en la composición de las parejas, de tal modo que uno continuada composición mejor de las parejas lleva a una rápida regeneración de los ejemplares conforme al estándar.
Este concepto se ejemplifica en la siguiente figura en la que viene representada,  para los canarios de cualquiera de las razas de las que estamos hablándola,  la diferencia porcentual que hay en una población (un criadero de cierta magnitud) de genes aditivos responsables de la intensidad del plumaje.
El preferido, el mejor, el recomendado cuando es posible obtener sujetos con un grado de intensidad  superior al valor 80 (que ya es mucho) significa continuar la selección de estas razas con el fin de mantenerlo establemente con sus características. Pero una selección de tal género provoca el nacimiento de ejemplares defectuosos e indeseables no viables y hay que disminuir el grado de intensidad del plumaje, y  hacer acoplamientos de ejemplares menos intensos, por ejemplo 70 X 90, 80 X 80, 60 X 80 no es seleccionar, es simplemente hacer emparejamientos de compensación.

0 comentarios:

Publicar un comentario